Cuentan que una sola copa de este generoso resume a la perfección los casi 3 siglos de historia de la bodega.
Como todo amontillado, nació como manzanilla y pasó por una segunda etapa oxidativa de 12 a 14 años. Potente presencia aromática de frutos secos con un toque de ebanistería. En boca es seco, amplio y persistente.