Su nobleza excepcional se lugra gracias a un añejamiento de hasta 25 años a 2.300 metros de altitud. El resultado es un equilibrio grandioso entre complejos aromas y sabores que le hace ser considerado por muchos 'el Cognac de los rones'.
Color caoba oscuro con lágrima casi inamovible. En nariz, una amplia gama de pasificados y maderas, notas melosas y especiadas, vainilla, almendra, chocolate y toques tostados.
Paladar con enorme profundidad, sabor a nuez tostada, vainilla, almendras y especias bien balanceadas. Final memorable, majestuoso, con recuerdo de vainilla, especias, frutas y maderas.