Elaborado con la afamada variedad tempranillo, da lugar a un vino monovarietal que se toma con carnes, cordero, setas, pavo y arroces, quesos, y con aquellos alimentos más propios de la estaciones de invierno.
Este Campillo crianza ofrece un atractivo color cereza picota mientras que huele a fruta fresa, notas dulces y cálidas de madera. Su final, según la bodega que lo elabora, es largo en boca, suave y tostado. Cuando escogemos un Rioja es una apuesta segura para buena parte de los acontecimientos gastronómicos.