El vino más emblemático de Valdemar. Sobresalen sus aromas afrutados con la delicadeza de su magistral crianza de 13 meses en barrica de roble americano.
Nos muestra un color rojo cereza de capa media-alta, limpio y brillante.
En nariz sobresalen complejos aromas a frutos del bosque entremezclados con notas especiadas propias de la madera, a vainilla y coco. Bien armonizado.
Buena estructura en boca, con taninos amables y elegantes y con un amplio retrogusto muy persistente.
Un vino atemporal para degustar con los cinco sentidos.