Tras una cuidada selección de los viñedos propios, permanece 15 meses en barricas de roble americano de uno y dos años de edad con tostado medio. El vino gana en potencia y estructura, la complejidad que le aportan las particularidades de cada una de las parcelas se integra con los aromas derivados de la crianza.
Color rubí, capa media-alta.
En nariz presenta una intensidad media-alta, con atractivos aromas balsámicos y plantas aromáticas de monte bajo, acompañadas de fruta oscura de bosque, como moras, zarzamoras y grosellas negras. La hoja de grosella y la ciruela negra están envueltas por recuerdos a regaliz de palo.
En boca es suculento, potente, con una excelente acidez. Vuelven los balsámicos, el eucalipto y una deliciosa pimienta negra. Un vino amplio y persistente.