Las uvas del Godina Garnacha proceden de pequeñas parcelas con bajos rendimientos. Las parcelas son recolectadas manualmente y se fermentan por separado en pequeños depósitos de acero inoxidable. El vino resultante se introduce posteriormente en barricas de roble francés para completar la fermentación maloláctica y permanece allí 15 meses en crianza. Finalmente, cada barrica se cata y, tras una cuidadosa selección, se obtiene una producción limitada este vino.
Este vino de color púrpura ofrece finura y elegancia, con aromas de intensidad moderada a especias, regaliz, ciruelas y ligeras notas florales y tostado. Sus taninos maduros ofrecen en boca una textura sedosa, de pureza excepcional, bien equilibrada y con un largo final.